“La perfección del crimen reside en el hecho
de que siempre está ya realizado –per-fectum–.
Desviación, desde antes de que se produzca,
del mundo tal como es.
Por tanto, jamás será descubierto.
No habrá juicio final para castigarlo o para absolverlo.
No habrá final
porque las cosas siempre han ocurrido ya.
Ni resolución ni absolución,
sino desarrollo ineluctable de las consecuencias.
Precesión del crimen original
–¿Cuya forma irrisoria tal vez se encontraría
en la precesión actual de los simulacros?–.
Nuestro destino,
a partir de ahí,
es la realización de ese crimen,
su desarrollo implacable,
la continuidad del mal,
la continuación de la nada”
Jean Baudrillard
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